Esta mañana de martes de Resurrección, entre las 02:00 y 03:00 de la madrugada, , las fragatas británicas TERPSICHODE (32 cañones) y DIDO (40 cañones), se han acercado a la bahía de Santa Cruz de Tenerife al mando del capitán Richard Bowen, amigo personal del recién ascendido contralmirante Nelson por la batalla del Cabo San Vicente. Debe ser que Nelson está contento y quiere algo más …
Como estamos en guerra contra los ingleses desde 1776, estaban refugiadas desde el pasado 23 de enero dos fragatas españolas en el puerto de Santa Cruz, la PRINCESA y PRÍNCIPE FERNANDO, pertenecientes a la Real Compañía de Filipinas en su viaje de regreso a la Península, gracias al encuentro que tuvieron con la fragata norteamericana WASHINGTON, en su viaje de Cádiz a Boston, que les informó del estado de guerra, por lo que decidieron buscar refugio en Tenerife.
La fragata Príncipe Fernando estaba mandada por el capitán don Juan Ignacio de Doria; había zarpado de la isla de San Mauricio el 23 de octubre con un cargamento de 600.000 pesos. La fragata PRINCESA estaba al mando del capitán don Fernando Méndez de Miranda; había salido de Manila el 1 de octubre de 1796 cargada con 1.200.000 pesos en oro, plata y otras mercancías.
Aprovechando la oscuridad, han soltado 6 botes con 80 hombres armados, al mando del primer teniente George Thorp, y se han dirigido hacia las fragatas ancladas en el más absoluto silencio, poniendo trapos en los remos. Inicialmente se dirigieron a la PRINCESA, pero al oír voces cambiaron de idea y se dirigieron hacia la PRÍNCIPE FERNANDO tenía tan solo 17 hombres a bordo, pues el resto estaba en tierra, de los que tan solo 3 estaban de guardia, y que estaba anclada en la rada bajo la protección del fuerte de San Cristóbal. Los británicos subieron a la fragata, mataron a los 3 centinelas y apresaron al resto, entre los que se encontraba el 2º capitán, José Zabala. Durante la refriega hubo intercambio de disparos.
Acto seguido, los asaltantes cortaron las amarras y, aprovechando el viento Norte, empezaron a sacar el buque rápidamente de la bahía a vela y arrastrado por los botes.
Al oir los primeros disparos, se dio la alarma en el fuerte, e incluso me aseguran que el propio general Gutierrez de Otero bajó al muelle, pero los ingleses y su presa ya se estaban alejando del puerto de Santa Cruz, y fuera del alcance del tiro de los cañones.
El Teniente de Rey, Manuel Salcedo, siguiendo las directrices del General Gutierrez, tenía perfectamente organizada la defensa de la plaza gracias a los continuos ensayos e inspecciones de los fuertes del puerto, por lo que a las 03:00 horas las baterías del Muelle, San Cristóbal, Concepción, San Telmo, San Francisco, San Juan, San Antonio y Paso Alto comenzaron a disparar sus cañones, a los que se unió la fragata PRINCESA. El fuego duró dos horas, pero nada pudo hacerse; los británicos escaparon con su presa y el fuego les causó tan solo un muerto y tres heridos. Por su parte, el fuego de los cañones británicos causó tan solo un herido entre los soldados formados en la plaza de la Pila.
Más tarde, sobre las 09:00 horas los británicos enviaron a tierra el bote de la fragata española con cinco marineros, de forma que quedaron prisioneros el 2º capitán José Zabala y 9 marineros.
No obstante, a las 10:00 horas la fragata DIDO se acercó de nuevo a la plaza, desde donde se comenzó a disparar sobre ella, aunque sin éxito. La DIDO avistó un barco y, enarbolando bandera española, se aprestó a perseguirle. Éste se percató de la trampa y consiguió refugiarse bajo el fuego protector de los cañones del castillo de la Candelaria. Tras intercambiar disparos que no causaron ningún daño, la fragata británica viró mar adentro para reunirse con su compañera, que se alejaba con su presa.
Y esto es lo que ha ocurrido hoy, pero me temo que no será la única vez que vengan por aquí los hijos de la Pérfida Albión...
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